Ruta de la Castaña en el Valle del Genal: un viaje entre Parauta e Igualeja
El Valle del Genal, situado en plena Serranía de Ronda (Málaga), es uno de los destinos más espectaculares para disfrutar del otoño en Andalucía. Sus paisajes teñidos de tonos ocres, rojizos y dorados gracias a los extensos bosques de castaños, lo convierten en un lugar mágico para los amantes de la naturaleza y el senderismo.
Entre las distintas rutas que se pueden recorrer, destaca la Ruta de la Castaña, que conecta los pueblos de Parauta e Igualeja. Este sendero ofrece una experiencia única, donde se combina el encanto de los pueblos blancos con la riqueza natural de la comarca.
Inicio de la ruta: Parauta, pueblo blanco con encanto
El punto de partida de esta ruta es Parauta, un pequeño municipio de origen árabe que conserva todo el encanto de los pueblos de montaña. Sus calles empedradas y sus casas encaladas transmiten tranquilidad y autenticidad. Antes de comenzar la caminata, merece la pena recorrer su casco urbano y visitar la iglesia de la Inmaculada Concepción, un ejemplo de la arquitectura típica de la zona.
Desde el mismo pueblo se inicia el sendero, perfectamente señalizado, que desciende entre huertas, olivares y sobre todo los protagonistas del recorrido: los castaños.
El camino entre bosques de castaños
A medida que se avanza, el paisaje se transforma en un mar de árboles centenarios que en otoño regalan un espectáculo cromático difícil de olvidar. Las hojas secas tapizan el sendero, creando una alfombra natural que cruje bajo los pies. Durante este tramo, el visitante podrá disfrutar de un entorno de gran belleza, ideal para la fotografía de naturaleza.
La Ruta de la Castaña es especialmente popular durante los meses de octubre y noviembre, coincidiendo con la caída de la hoja y la recolección de la castaña, producto estrella de la zona. Muchos visitantes aprovechan para degustar platos típicos elaborados con este fruto, como los potajes, guisos o dulces artesanales.
Llegada a Igualeja: origen del río Genal
Tras recorrer aproximadamente 6 kilómetros, el sendero desemboca en Igualeja, otro de los pueblos más pintorescos del valle. Este municipio es conocido por ser el nacimiento del río Genal, un manantial de aguas cristalinas que brota en una gruta y que resulta de gran atractivo turístico.
Pasear por sus calles también es un placer: fachadas blancas, balcones adornados con flores y miradores que permiten contemplar las montañas que rodean la localidad. Igualeja conserva además una fuerte tradición cultural, especialmente en torno a la castaña, con celebraciones populares en su honor.
Consejos prácticos para disfrutar de la ruta
- Distancia y dificultad: La ruta tiene una longitud aproximada de 6 km, con un nivel de dificultad bajo, apta para familias y senderistas principiantes.
- Época recomendada: Otoño es la mejor estación para recorrerla, pero también resulta atractiva en primavera, cuando el valle se cubre de un verde intenso.
- Equipamiento: Calzado cómodo de senderismo, agua y algo de comida ligera. En otoño conviene llevar ropa de abrigo y chubasquero por posibles lluvias.
- Respeto al entorno: Se recomienda no abandonar basura ni recolectar castañas, salvo en zonas autorizadas. La conservación de este paraje es fundamental para mantener su belleza.
Una experiencia que va más allá del senderismo
La Ruta de la Castaña no solo es un recorrido por la naturaleza, sino también un viaje cultural y gastronómico. Parauta e Igualeja forman parte del itinerario de los pueblos blancos de la Serranía de Ronda, donde se respira historia y autenticidad.
Además, la gastronomía ligada a la castaña es un complemento perfecto para la experiencia. En los bares y restaurantes locales se pueden degustar platos como la sopa de castañas, carnes en salsa con este fruto o repostería artesanal que endulza la visita.
Conclusión
La Ruta de la Castaña en el Valle del Genal es una escapada imprescindible para quienes buscan desconectar del ritmo urbano y adentrarse en un entorno natural único. El sendero que une Parauta e Igualeja ofrece paisajes inolvidables, tradición cultural y una conexión directa con la esencia de la Serranía de Ronda.
Un plan perfecto para disfrutar en pareja, en familia o con amigos, especialmente en otoño, cuando el valle se viste con sus mejores galas de colores cálidos.